El caso más antiguo: George Lukins
Los exorcismos son conjuros que se hacen contra los espíritus malignos que
han tomado el cuerpo de las personas. Para intentar salvar a la víctima
de la 'posesión' del demonio se la somete a un proceso largo,
generalmente llevado a cabo por personas religiosas, para eliminar por
la fuerza al espíritu malo. Los ha habido con resultados positivos y negativos, pero todos espeluznantes.
Alrededor de 1788, George Lukins, sastre de Bristol, Inglaterra, contó a sus vecinos que estaba poseído. El hombre decía cantar en lenguas desconocidas para él, prueba suficiente para que sus conocidos, preocupados, contactasen con la Iglesia para que Lukins fuera sometido a un exorcismo.
Sin embargo, tras un paso de 20 meses por el hospital, Lukins seguía con sus ataques violentos y demoníacos, por lo que la Iglesia lo apartó, y lo envió a un supuesto templo secreto en Georgia. Allí, se dice que los demonios fueron expulsados, aunque nunca más se supo de su paradero.