Teocaltiche, Jalisco, un pueblo que se hizo famoso por el avistamiento alienígena. en el cual sus habitantes dicen haber tenido un avistamiento en su vida.
Ignacio Ibarra Cruz es uno de los personajes que siempre tiene una historias para contar. Cada jueves y domingo, a un costado de la parroquia de Nuestra Señora de Los Dolores, coloca su puesto de tejuino, una bebida prehispánica preparada con masa y maíz. Mientras te avientas un trago para refrescarte, Ignacio describe cada objeto que ha visto surcar los cielos de su tierra natal.
Gonzalo Franco Martínez, médico General por la Universidad Nacional Autónoma de México, lleva 20 años documentando el fenómeno. Dice que la observación de ovnis se puede hacer en la periferia de este pueblo de los Altos Norte de Jalisco, Y que a partir de las 17 horas se ven naves de plasma en forma cilíndrica, que aterrizan en los campos de siembra y algunas otras se colocan por encima de las rancherías. Incluso, asegura es en este sitio donde se abre un portal que transporta a esto vehículos espaciales.
"Estas apariciones ya son comunes entre nosotros. Fácilmente se pueden ver entre 15 y 20 naves volando a ras de la tierra, emitiendo una luz poderosa. De hecho creemos que Teocaltiche sirve de base alienígena", explica el doctor.
Franco Martínez dice tener en su poder 20 piezas arqueológicas, las cuales testifican que los primeros pobladores de esta zona (tecuexes) tenían contacto con dichos seres. En barro plasmaron figuras como platillos voladores y la fisonomía de lo que podría ser un extraterrestre.
Si contactas al doctor Franco, se compromete en prestar sus servicios como guía para emprender un tour de ovnis. Esto no genera ningún gasto a tu bolsillo, pues asegura que no trata de lucrar con este tipo de fenómenos, sino que la gente pueda experimentar lo que se vive en el lugar.
La directoria de Cultura de Teocaltiche, Mayra Roxana Dávila Ramírez cuenta que hace mucho tiempo hubo una gran sequía. Para poner fin al desastre, la comunidad decidió sacar la imagen de Nuestra Señora de Los Dolores a una procesión.
Por aquel tiempo coincidió que había una fuerte plaga de chapulines. Mientras paseaban a la santa patrona, uno de estos insectos saltó a su manto. Jamás lograron apartarlo de ella y para hacerlo inmortal, fue disecado y bañado en chapa de oro. Así que cuando visites el templo, te darás cuenta de que la leyenda es real. Por este hecho, a sus habitantes se les conoce como chapulines o chapulineros.
Pero hay más que contar de este lugar. Resulta que la parroquia está construida sobre un volcán. El altar se ubica justamente por encima del cráter, desde entonces dejó de temblar en todo el pueblo, según Dávila Ramírez.
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