Operaba bajo el aséptico nombre de Programa de Identificación de Amenazas de Aviación Avanzadas pero durante varios años recibió financiación del Departamento de Defensa de Estados Unidos con un solo objetivo: estudiar objetos voladores no identificados. Es decir: OVNIS.
Una investigación de The New York Times ha desvelado la existencia de un programa en el Pentágono destinado a identificar e investigar estos presuntos avistamientos.
Entre 2007 y 2012, el Programa de Identificación de Amenazas de Aviación Avanzadas operó casi en secreto y bajo el conocimiento de unos pocos en el quinto piso del Anillo C del Pentágono. De los 600.000 millones anuales destinados a presupuestos del departamento de defensa, 22 millones iban a parar a este programa ovni. Una cantidad que pudo pasar fácilmente camuflada entre el gran volumen de dinero que mueve la defensa estadounidense. Porque nunca, hasta este sábado, se había reconocido su existencia de forma oficial.
El oscuro programa se puso en marcha en 2007 bajo la iniciativa de Harry Reid, el líder de la mayoría demócrata en el Senado, y estuvo dirigido por un oficial de inteligencia militar, Luis Elizondo. La mayor parte del dinero fue a parar a una empresa de investigación aeroespacial dirigida por un empresario multimillonario y amigo de Reid, Robert Bigelow.
La compañía Bigelow Aerospace se encargaba de analizar desde Las Vegas las diferentes pruebas recuperadas por el programa, así como a las personas que dijeron experimentar efectos físicos fruto de encuentros con ovnis. Se cree que el Programa generó al menos un informe de 490 páginas que describe los supuestos avistamientos ovnis en EEUU y otros países durante varias décadas.
El programa produjo documentos que describen el avistamiento de aeronaves que se movían a velocidades muy altas sin propulsión o que flotaban sin ninguna explicación. También se analizaron vídeos de encuentros entre ovnis y aviones militares estadounidenses, como uno grabado en California en 2004 que muestra cómo dos aviones de combate de la armada persiguen un objeto ovalado y blanquecino del tamaño de un avión comercial.
Se dice que el programa cerró en 2012 pero varias de las fuentes consultadas en el reportaje del Times, incluido el ex director Luis Elizondo, sostienen que solo terminaron los fondos, pero que el programa sigue existiendo. Y que en algún lugar dentro del espectacular edificio del Pentágono, un grupo de funcionarios sigue investigando fenómenos aéreos curiosos y objetos sospechosos de ser un ovni.
Tras hacerse pública la noticia, el senador Harry Reid mostró su orgullo por el programa que él puso en marcha con una serie de tuits en los que indicaba que “la verdad está ahí fuera”.
Y advertía: "si alguien dice que tienen las respuestas, se están engañando a sí mismos. No sabemos las respuestas pero tenemos un montón de pruebas para apoyar las preguntas. Esto es ciencia y seguridad nacional. Si América no toma la iniciativa para responder a estas preguntas, lo harán otros"
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