Es una de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS): evitar
tocarse la cara, nariz, ojos, etc., para evitar un contagio por el
nuevo coronavirus o covid-19. La razón es simple, como el virus
principalmente permanece en superficies, al tocar alguna que está
contaminada y luego llevar la mano a la cara, existen más riesgos de
contraer la enfermedad infecciosa.
Pero, evitar llevarse la mano a la cara “es mas fácil decirlo, que hacerlo”,
indica Miguel O’Ryan, médico pediatra e infectólogo, e investigador del
Instituto de Ciencias Biomédicas de la Facultad de Medicina de la
Universidad de Chile. “En la medida que esa mano está contaminada con
secreciones de otra persona, ya sea porque le dio la mano o tosió y
contaminó superficies, pero no es que el virus entre por la mano, sino
que la mano se lleva a la boca o la nariz, o al ojo y por el conducto
lagrimal y pasa a la zona naso faríngea, para llegar y causar
infección". explica.
Se trata además, de una costumbre que de
manera inconsciente se realiza muchas veces al día. ¿Cuántas? Son
aproximadamente 500 veces las que una personas en promedio toca su cara
en un día. Se trata además de un vector potencial para la autoinoculación y transmisión de infecciones respiratorias comunes,
estableció un estudio que observó ese comportamiento en estudiantes de
medicina de la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Australia, en el
año 2015.
Para saber cuántas veces repetían esa conducta, los
investigadores los observaron durante una hora y los grabaron.
Posteriormente midieron y analizaron la frecuencia de contactos mano a cara con áreas mucosas o no mucosas.
Fueron 26 los estudiantes observados, y en promedio se tocaron 23 veces por hora la cara (552 veces al día).
De todas las veces que se llevaron las manos a la cara, el 44%
involucraron contacto con una membrana mucosa, mientras que el 56% de
contactos involucraron áreas no mucosas. En relación a las veces que
tocaban zonas de membrana mucosa, el 36% involucraba la boca, el 31% la
nariz, el 27% los ojos, mientras que el 6% era una combinación de estas
regiones.
El estudio resalta que junto con evitar el contacto de las manos con la cara, la higiene de las manos es un “método preventivo esencial y económico para romper el ciclo de colonización y transmisión asociado con la autoinoculación”.
¿Por qué cuesta romper ese hábito? El
infectólogo de la Universidad de Chile, india que se trata de algo
instintivo, “normalmente las personas se llevan la mano a la cara, es
inconsciente, pero empezar a tener un tipo de conciencia también
favorece que disminuye la posibilidad que llegue a su nicho que es la zona
A lo largo del día, son muchísimas las superficies que se tocan,
manillas de puertas, botones de ascensores, escaleras y pasamanos de
metro. En ellas, no los vemos, pero hay múltiples virus, incluido el
nuevo coronavirus, y muchos pueden permanecer durante días. Que los
microbios lleguen a nuestros dedos y de ahí a narices, bocas u ojos, es
fácil.
La mayor parte de los sentidos, ver, oler y oír, están alojados en la cara y cabeza.
Una razón, que explicaría esta actitud de llevarse las manos a la cara
para rascarse la nariz, tocarse la piel seca de los labios, alisarse las
cejas o tocarse las pestañas.
Esa poca conciencia de los toques faciales, dice un estudio,
puede estar involucrada en la regulación de las emociones. Porque
aunque se crea que responden a sensaciones de picazón en la piel o las
necesidades de aseo, la investigación publicada en 2019, dice que se
asocia también a efectos negativo subyacentes como ansiedad o incomodidad y se ha discutido que sirven para consolar y liberar la excitación emocional.
Una alternativa, es ante la necesidad de rascarse cualquier zona de la cara, tomar un pañuelo desechable. Si
se encuentra frotando sus ojos porque están secos, use gotas
humectantes. Si está usando su mano para descansar la barbilla o para
ajustar su cabello, también buscar alternativas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario