La estadounidense Laura Cicco ha denunciado a la NASA
para reclamar la propiedad de una probeta con polvo lunar que, según
afirma, le regaló el astronauta Neil Armstrong cuando era niña,
informaron medios locales.
En la demanda, presentada la
semana pasada en un tribunal de Kansas (Misuri), Cicco sostiene que fue
el propio Armstrong en persona quien le hizo el obsequio cuando tenía
diez años, debido a que el astronauta (1930-2012), que fue la primera
persona en pisar la luna, era amigo de sus padres.
La demandante, nacida como Laura Ann Murray,
ha presentado la denuncia de manera preventiva después de encontrar la
probeta entre las pertenencias de su difunto padre hace cinco años,
puesto que el Gobierno se reserva el derecho de propiedad de cualquier
material obtenido en el espacio durante sus misiones.
Según el
canal NBC News, Cicco alega que recibió el regalo cuando su padre era
profesor en la Universidad de Cincinnati, donde el astronauta también
impartía clase por aquel entonces, y ha aportado como prueba una nota
manuscrita de Armstrong en la que se lee: "Para Laura Ann Murray. Mucha
suerte. Neil Armstrong, Apolo XI".
A pesar de que un experto ha
certificado la autenticidad de la nota, el dilema legal reside en si el
astronauta, uno de los tres que participó en la misión Apolo XI, tenía la potestad de regalar un objeto que, según la NASA, es propiedad del Gobierno.
Por su parte, la demandante sostiene que, con base al "Tratado sobre
los principios que deben regir las actividades de los Estados en la
exploración y utilización del espacio ultraterrestre", firmado en 1967
por 103 naciones, incluida Estados Unidos, ningún país puede reclamar la
propiedad de la luna ni de otros cuerpos celestes.
Por este motivo, el equipo legal de Cicco considera que la agencia espacial no puede atribuirse la propiedad del polvo lunar.
En 2013 se produjo un pleito similar cuando la californiana Joann
Davis, cuyo esposo había trabajado como ingeniero en el proyecto Apolo,
contactó a la NASA para pedirle que le ayudara a encontrar compradores
para una serie de recuerdos lunares que le había dejado su esposo al
morir.
Sin embargo, la NASA lejos de asistirla le exigió que hiciera entrega de los objetos, los cuales también habían sido regalo de Neil Armstrong.
En abril de 2017, ambas partes llegaron un acuerdo por el que la agencia espacial le entregó a Davis 100.000 dólares a cambio de los recuerdos.
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