No fueron perseidas, popularmente conocidas como las lágrimas de San Lorenzo. Lo cierto es que casi cuatro décadas después, nadie sabe explicar lo que sucedió aquella noche del 11 de noviembre de 1979 cuando unas luces rojas aparecieron en el cielo provocando que el vuelo el JK-297, con 109 pasajeros a bordo, desviara su rumbo aterrizando forzosamente en el aeropuerto de Manises, en Valencia.
El conocido “caso Manises” está considerado el suceso más relevante en la historia de la ufología española. El suceso lo protagonizó un Supercaravelle de la compañía TAE (ya desaparecida) que procedía de Salzburgo (Austria) y había hecho escala en Mallorca antes de seguir rumbo a Tenerife.
La prensa se hizo eco del extraordinario suceso |
Con el objetivo de evitar una posible colisión, el comandante elevó la nave. Sin embargo, y para su sorpresa, las luces hicieron lo mismo y se colocaron a apenas medio kilómetro del avión. Así, se vio obligado a desviar su rumbo y aterrizar de emergencia en el aeropuerto de Manises.
Era la primera vez en la historia que un avión comercial se veía obligado a aterrizar de emergencia debido a un avistamiento OVNI (Objeto Volante No Identificado), ya que el no identificado estaba violando todas las normas básicas de seguridad.
Las luces detuvieron la persecución antes del aterrizaje. Tres formas no identificadas fueron detectadas finalmente por el radar. El tamaño de aquella forma luminosa fue calculado en unos 200 m de diámetro, y fue observado por numerosos testigos. Una de las extrañas formas pasó muy cerca de la pista de aterrizaje. Incluso se llegaron a encender las luces de emergencia en previsión de que aquél fuera un vuelo no registrado en apuros.
Un caza militar
Mientras solicitaba el permiso para aterrizar, el piloto sugirió la presencia de un caza militar que interceptara ese objeto.
A las 0:40 horas, un Mirage del Ejército despegó de la base de Los Llanos (Albacete), y en ocho minutos ya sobrevolaba Valencia. Su piloto, el entonces capitán del Ejército del Aire Fernando Cámara (hoy habitual en el programa “Cuarto Milenio”), no tardó en encontrarse con esa gran luz roja, que permanecía estática sobre el aeropuerto de Manises.
Durante las jornadas posteriores, Sóller se llenó de curiosos |
El caza militar pidió permiso para entrar en velocidad supersónica, pero en cuanto se acercó un poco más, el objeto igualó su velocidad. Lo persiguió hasta Zaragoza, y ahí abandonó la persecución. De regreso a Valencia, le pideron al piloto que sobrevolara la zona de Sagunto, donde también se veían unas luces extrañas.
Visto desde Mallorca
Días más tarde, apareció en la prensa una fotografía realizada por un mecánico de Sóller llamado Pep Climent Pérez desde el Puig d´es Comte. El autor comentó que había realizado la instantanea el domingo a las 02.30 horas.
Al día siguiente de ser publicada, varios militares del ejército del aire se personaron en el taller mecánico donde trabajaba Climent y le instaron a entregar los negativos. Finalmente los acompañó hasta la cafetería Menphis, donde su propietario guardaba las fotos y se las entregaron.
Momento en el que fueron requisados los negativos |
Caso desclasificado
El misterioso “caso Manises” tuvo un gran impacto mediático. Desclasificado por el Ejército del Aire en 1980, se han buscado muchas explicaciones al incidente, la más reciente de todas indicaba que las luces podrían ser las llamaradas de las torres de combustión de la refinería de Escombreras, junto a Cartagena.
Fue desclasificado por el Ejército del Aire en 1980 |
Avistamientos en Mallorca
En 2016, el Ministerio de Defensa hizo público 80 expedientes de casos OVNI que incluyen entre ellos algunos avistamientos en Sóller, entre otros casos relacionados con las Illes Balears como Es Vedrà en Eivissa y “EL Triángulo del Silencio” que compone junto al Peñón de Ifach (Calpe) y la costa suroeste de la isla de Mallorca.
El nombre de Sóller fue extremadamente popular entre los ufólogos de los años 70 a 90 del siglo pasado al ser considerado un punto muy caliente, como toda la Serra de Tramuntana y su litoral.
Los fenónemos en la Vall no se limitan exclusivamente al cielo. No cabe olvidar que el campeón mundial de caza submarina de los 80 y 90 Pep Amengual ha asegurado en más de una ocasión haber escuchado ruidos metálicos debajo del agua. Son los conocidos como OSNI (Objeto Sumergido No Identificado).
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